Ya hemos comentado en anteriores blogs que el crédito usado de forma correcta es una herramienta muy poderosa. Sin embargo, quien solicite un crédito debe ser consciente que adquiere una responsabilidad y que debe cumplirla con las condiciones acordadas o se tendrán recargos y la deuda aumentará. 

Aun cuando se ha cometido un error o se han tenido atrasos, en MetaFinanciera creemos que las personas merecen una segunda oportunidad para crecer y lograr sus aspiraciones. En este blog te contaremos la historia de Sandra, una mujer emprendedora que encontró en el crédito grupal de MetaFinanciera la solución a sus problemas de crédito y la clave para el éxito de su negocio.

Un comienzo atropellado

Sandra es una mujer de Celaya que siempre soñó con tener su propio negocio. Con mucho esfuerzo y ayuda de su esposo, logró abrir un pequeño local de comida mexicana. Logró decorar y comprar un pequeño refrigerador. Sin embargo, al principio sólo pudo empezar con un menú limitado, al contrario de cómo lo imaginó. 

Después de algunos meses, para poder expandir su negocio y ampliar su oferta, decidió solicitar un crédito personal en el banco que usaba regularmente. En su aplicación había visto la oferta de obtener efectivo con “pocos requisitos”. Desafortunadamente, esa experiencia no fue lo que esperaba.

Desde el principio, Ana enfrentó una serie de problemas: le solicitaron muchas cosas como referencias e información personal. Necesitaba un historial impecable y garantías que no podía proporcionar. Al final, después de todo el proceso, y a pesar de sus esfuerzos, el crédito que le fue otorgado resultó ser menor de lo esperado y con tasas de interés altísimas. Incluso los plazos de pago pusieron una enorme presión sobre su negocio y sus finanzas personales.

Ana se encontró en una situación complicada. El dinero que había recibido no era el suficiente y su ánimo decayó. Se sintió desanimada y preocupada por el futuro de su local. Al finalizar el segundo mes, no pudo más y se atrasó con un pago. Lejos de recibir comprensión y apoyo, la institución financiera que le había otorgado el crédito le comunicó que su deuda había crecido mucho y comenzaron con llamadas constantes. 

Después de un mes, Sandra tuvo que dejar de pagar y vivir con las constantes llamadas y reclamos de la institución. 

Descubriendo a MetaFinanciera

Un año después de su mala experiencia, Sandra conoció a MetaFinanciera y sus programas de crédito grupal gracias a una prima. Al principio, tenía dudas, ya que le habían dicho que estaba en buró de crédito y que nadie le daría crédito por eso, pero decidió asistir a la plática informativa para saber más sobre la oferta. Descubrió que el crédito grupal ofrecía una serie de ventajas que podían marcar la diferencia en su situación.

El crédito grupal de MetaFinanciera no solo era más accesible, sino que también estaba diseñado para adaptarse a las necesidades de mujeres con negocio como Sandra. Las tasas eran más justas y, además, se ajustaban a la capacidad de pago de cada una. Al unirse a un grupo de mujeres con objetivos similares, todas encontrarían un entorno de apoyo y solidaridad que le permitiría al grupo acceder a montos mayores y a mejores condiciones de financiamiento.

Una nueva oportunidad más justa

Sandra, entonces, decidió unirse al grupo de su prima. En menos de una semana recibió la llamada del asesor de MetaFinanciera y pronto vio los beneficios: un trato cercano, cálido y que entendía las necesidades de cada una. Se sorprendió del proceso de solicitud, pues había sido mucho más sencillo y rápido. Se alivió al ver que no necesitaba presentar las mismas garantías estrictas que le habían pedido en su crédito individual.

Cuando recibió la noticia de aprobación del crédito grupal, Sandra no pudo contener la emoción. Había obtenido el capital necesario para cambiar su refrigerador y aumentar su menú e, incluso, pudo comprar más mesas y sillas. Desde el primer pagó notó que el apoyo de las otras mujeres también fueron cruciales: pues mutuamente compartían la responsabilidad y se convertían en aval una de la otra.

El éxito de Sandra

Hoy, el local de Sandra es un ejemplo de éxito en su comunidad y para otros grupos de MetaFinanciera. Gracias al crédito grupal, ha logrado mejorar su menú, ampliar su negocio e incluso ha podido impulsar otros proyectos como ofrecer banquetes a fiestas o reuniones. Sus ingresos han aumentado significativamente y con cada renovación ha recibido una mejor oferta.

Sandra no solo mejoró su situación financiera, sino que también encontró que un grupo es un apoyo que la motiva a seguir adelante. Su experiencia demuestra que, con las herramientas adecuadas y el apoyo necesario, es posible superar los desafíos financieros y alcanzar el éxito. En MetaFinanciera, creemos firmemente en la importancia de ofrecer soluciones financieras inclusivas y adaptadas a las necesidades de cada persona. Si tú también has enfrentado dificultades con los créditos individuales, te invitamos a explorar nuestras opciones de crédito grupal y descubrir cómo pueden ayudarte a alcanzar tus metas financieras. Juntos, podemos construir un futuro más próspero y lleno de oportunidades.

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