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May 23, 2024
Para muchas mujeres, enfrentar adversidades es parte del día a día, especialmente para las que deciden emprender un negocio. Ya sea porque no se cuenta con suficiente capital al iniciar o porque surgen problemas. En esos casos, un pequeño impulso financiero en el momento adecuado no solo puede salvar un negocio de la ruina, sino también catapultarlo hacia adelante. En esta entrada te contaremos cómo el crédito grupal ha sido un salvavidas durante tiempos difíciles.
La Panadería de María
María es una apasionada panadera, madre y esposa de Toluca. Desde joven, empezó a trabajar como ayudante de panadería, ya que le gustaba trabajar con sus manos y lo veía como una oportunidad para aprender. Cuando se le presentó la oportunidad de comprar una casa, notó que no había panaderías cerca de donde ella vivía. Así que probó vender afuera de su casa.
Los vecinos, poco a poco, empezaron a comprarle y aunque vendía lo suficiente, tenía poca variedad y María lo notaba. Había aprendido lo básico, pero no sabía cómo preparar pan dulce o pasteles pequeños. Por lo que decidió ahorrar un poco, para tomar un curso de pastelería y así aumentar su oferta.
Un obstáculo inesperado
Justo cuando tenía lo suficiente para tomar el curso, la estufa que usaba para preparar sus panes y alimentos se descompuso, pues si bien era de buena marca, el uso que le daba era más intenso de lo normal. Después de consultar con un técnico, se enteró que repararla o comprar una nueva estufa, costaría lo mismo. Eso, por supuesto, la desanimó, porque sentía que debía sacrificar una cosa por otra y ya había planeado cómo quería crecer.
Su marido le sugirió pedir un préstamo a sus familiares para no quitar el dinero del curso, pero María sentía que era una cantidad muy grande y que ningún familiar lo tendría en poco tiempo.
El crédito que lo solucionó
Fue entonces que María recibió la llamada de una amiga. Esta le comentó que buscaba a una mujer con negocio, sin importar el tamaño, para solicitar un crédito grupal. Si bien, al principio no estaba segura, cuando habló con el asesor y visitó la sucursal, decidió formar parte del grupo. Siguió todo el proceso y tras la visita, se sorprendió al ver el monto que le habían autorizado: no sólo podría comprar un horno, sino que también podría pagar el curso para sacarle provecho plenamente.
En menos de un año, María ha aumentado la diversidad de su panadería, sino que está pensando en construir un local al lado de su casa. Todo de la mano de MetaFinanciera que ha premiado su esfuerzo y compromiso con aumentos a su monto de crédito y con una mejor tasa. Hoy, la panadería de María no solo ha enfrentado su primer problema, sino que ha prosperado, aumentando sus ingresos y mejorando la vida de su familia y comunidad.
El crédito grupal para mujeres no solo está diseñado para enfrentar emergencias, sino para prosperar. Con el apoyo adecuado, las crisis se convierten en un momento para crecer y buscar un futuro más próspero y sostenible. Si buscas una oportunidad similar para tu negocio y tus conocidas, te invitamos a conocer la oferta de MetaFinanciera y a seguirnos en redes sociales.